La penúltima puerta sólo se abre desde afuera, y por ningún motivo somos nosotros quienes la abrimos. Es la lengua de la muerte buscando muertos, es la aguja de la muerte buscando hilo. Y la última, la puerta final, un espacio del que, epicúreos, nada podemos decir.
0 Comments:
Post a Comment
<< Home