yo y el universo

Monday, April 24, 2006

La mujer o el continente negro


Siguiendo el hilo de mis meditaciones con respecto a lo femenino encontre algo muy interesante.
Es un fragmento de una entrevista a la escritora Edna O`Brien me convenció y ahondó aun más en el tema que por este tiempo me inquieta. Tal vez una respuesta...

E.O: Pinto a las mujeres en situaciones de soledad,desesperadas, incluso humillantes , muchas veces a rastras del hombre y casi siempre en busca de una catarsis emocional que no les llega. Ése es mi territorio, y no conozco por dura experiencia. Si quiere usted saber dónde está el quid de la desesperación femenina, puedo decírselo: en el mito griego de Edipo y en la exploración que de el hizo Freud se reconoce el deseo del hijo por la madre; pero es que la hija, de pequeña, también desea a la madre. Lo que ocurre es que resulta impensable, en el mito, en la fantasía, en la práctica, que este deseo pueda consumarse.
Roth: Sin embargo, no puede usted hacer caso omiso de los cambios de "conciencia" que, según se dice, ha ocasionado el movimiento feminista.
E.O: Sí, hay cosas que han cambiado para mejor: las mujeres no son ganado, expresan su derecho a que se les pague lo mismo que a los hombres, a ser respetadas, a no ser el "segundo sexo"; pero en la cuestión del emparejamiento las cosas no han cambiado nada.
La atracción y el amor sexual no son impulsos de conciencia, sino del instinto y la pasión, y en este aspecto los hombres y las mujeres son radicalmente distintos. El hombre aún sigue teniendo mayor autoridad y mayor autonomía. Es algo biológico. El destino de la mujer es recibir eperma y retenerlo, y el de el hombre en cambio, consiste en darlo, y en esa entrega se agota, de ahí que a continuación se retire. Mientras ella en cierto sentido, está siendo alimentada, él por el contrario, está siendo vaciado, y, para resucitarse a sí mismo, procede a una huida temporal.
Como consecuencia de todo ello, tenemos el resentimiento de la mujer, al verse abandonada, aunque sea por poco tiempo, y el sentimineto de culpabilidad de él, porque se aparta; y, sobretodo, su sentido innato de la autoprotección, por el que tiene que volver a encontrarse, para una nueva afirmación de sí mismo.
La unión, pues, nunca pasa de relativa. El hombre puede ayudar a fregar los platos, etc, pero siempre anda con la mirada en otro sitio, y su compromiso es más ambiguo.
Roth: ¿No hay mujeres igualmente promiscuas?
E.O : A veces las hay, pero no tienen la misma sensación de haber conseguido algo. Me y atrevo a decir que la mujer es capaz de un amor más profundo y más duradero. A lo cual añado que la mujer siempre tiene más miedo que la dejen. Eso sigue siendo así. La gente se desgañita gritando eslóganes, que se quedan en eso, en meros eslóganes: lo que de veras nos determina es lo que sentimos y hacemos. Las mujeres no están más seguras en sus emociones de lo que estaban antes. Lo que pasa es que ahora se las arreglan mejor con ellas.
La única verdadera seguridad consistiría en apartarse de los hombres, desprenderse de ellos, pero eso equivaldría a una pequeña muerte...al menos para mí.

Mírala
ella está en al plenitud de su vida
es joven es bonita posee una sólida familia
¿no te parece un poco vulgar?
¿no crees que es un poco superficial?
no ,es solo una bella y hermosa mujer...
cuidémosla cultivémosla
no entenderla ...solo quererla...
así se vive en paz muchos años

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